NUNCA MAS VERE, A MIS DIFUNTOS.


LEOVIGILDA CABRERA CONTRERAS.-




Conviví con ellos. ¡Eramos buenos amigos,
me platicaban sus penas y yo las mías…,
pero.., se fueron y ¡nunca más los volveré a ver!.

¿Dónde están, que no los veo, aunque he soñado
con alguno de ellos. Me abrazan y dicen estar bien!.
Pero…¿dónde están que no puedo verlos?

Se fueron mis padres, mis hijos y ahora,
¿que sigue?, ¡no lo sé!. Sólo sé que fueron,
¡cuando más los necesitaba, junto a mí.!

¿Alguien puede decirme, dónde están?.
Según la iglesia, si fueron buenos, están en el cielo,
¿si fueron pecadores, en el infierno?.

¡Qué contrariedad. Nadie lo sabe!.
¿dónde buscarlos, dónde encontrarlos?
¡Sólo los puedo ver en mi soledad y en mis sueños!

¿Porqué se fueron antes que yo?. Si yo los necesitaba!
Mi madre, era mi sostén moral y de valores.
Mis hijos, mi sueños hechos realidad!

Y mis amigos, ¡una luz en la oscuridad,
los que llenaban mi hastío, con su amistad
hoy, los recuerdo en mi triste soledad!!

Madre, amigo, hijo, no siento remordimiento,
pues les dí, l
o único que tengo: mi fidelidad,
mi cariño y sé que al fin, les di un poco de felicidad!.

Hoy, los recuerdo y serán aún así mi sueño,
mi tesón, mi fuerza y mi realidad, aquí y en el más allá,
y no pierdo la fé, de estar con ellos, en cualquier lugar!.

30 de abril 2007.

Leovigilda Cabrera Contreras.


DIA DE LAS MADRES.

Las madres ultrajadas, las madres generosas, las
poco madres, pero al fin todas sufren o gozan.

Las que se fueron a Dios gracias, por el tiempo
que estuvieron con nosotros, dando su vida, ¡por la nuestra!

A las madres que se les atravesó la angustia y
tiraron en la basura, a su hijo, por miedo,
por necesidad, por ignorancia y por falta de apoyo!.

A las madres que viven en la opulencia, pero también
sufren gozan y tiemblan, cuando su hijo enferma.

A las madres que gozan de todo: dinero, salud y belleza y
como colofón juventud, esposo y quizá hasta una tienda!.

A las madres sacrificadas en todo: falta de recursos, enfermas,
un esposo borracho desobligado, tramposo y mujeriego,
para cerrar con broche de oro!.

A las madres trabajadoras, profesionistas y estudiosas,
pero que pican piedra como cualquiera, por sus retoños.

A las madres de todos los talantes, pues lo mismo
mantienen a sus hijos, como prostitutas,

como diputadas, como estudiantes, maestras o
vendedoras de ajos, chiles y cebollas.

A todas las mamás del mundo, nuestra felicitación y
doña Ernestina Ascencio, nuestra oración,
lo mismo que a las llamadas, con anticipación,

Les obsequiamos, a través de estas líneas,
nuestro profundo amor y nuestro recuerdo, con
la esperanza, de estar con ellas, en otra dimensión!.

En vida hermano, en vida, da por ellas, no la vida
ni tus desvelos, pero si tu cariño, tu atención

Y todo lo humano que puedas dar, sin pichicateo,
de ninguna especie, pues ellas lo dan todo, sin esperar,

conmiseración, respeto, cariño o atención,
pues el solo hecho de pronunciar la palabrera madre,
encierra: lo que Dios hizo mujer, para prolongación
de la especie, sean hombres, niñas, esposos, o hijos

de la mala vida, ya que no aprenden encabeza ajena
lo que su madre cinceló con su sangre y devoción.


Leovigilda Cabrera Contreras
10 mayo del 2007.